A través de la historia, han surgido líderes brillantes, que han estado detrás del telón. Mentes sensatas que volcaron la historia teñida de decisiones insensatas; sacaron a la luz la verdad e hicieron todo lo posible para que prevaleciera, sobre toda mentira contada.

Uno de ellos es Katherine Johnson, afroamericana, quien vivió de 1918 al 2020, y quien fue una matemática, física y científica espacial. Trabajó 33 años en la NASA, donde la matemática es considerada como la poesía del universo al igual que para Katherine.

Se abrió camino en la época del racismo y hoy la llaman “Valor Atípico”,  es decir, en lenguaje matemático “un valor  fuera de la norma”, por investigar y diseñar con gran exactitud lo que no existía aún, la trayectoria de vuelo espacial, en los programas Mercury y Apolo, que permitieron llevar al hombre a la luna y traerlo vivo de regreso.

Bien decía: “Las oportunidades están ahí afuera, pero debemos estar dispuestos a buscarlas”.

Las raíces de esta líder con autenticidad

Ella venía de padres que creían en cultivar el aprendizaje y que reforzaron la importancia de ser constante para crecer, esforzarse y ser valiente; esto estaba escrito en su ADN.

Ella se movía, lo cual lo aprendió de sus padres, que viajaron 200 kilómetros y se instalaron, donde era posible que sus  hijos cursaran la secundaria. Para su padre, prepararse académicamente era indispensable, y cuando él murió, su madre siguió la voluntad de su esposo.

En su familia, nunca se vieron a sí mismos como pobres o limitados, eran felices estudiando y estando juntos.

Así que ella tenía dos semillas plantadas en su programación mental: moverme por lo que quiero y el valor de prepararse académicamente.  Hoy, podemos aplicar lo mismo: está en mis manos lo que suceda, me pueden enseñar, motivar e impulsar, pero la decisión siempre será solo mía. Katherine lo decía de la siguiente manera:

“No importa cuánto tiempo te tome, lo importante es que nunca te rindas”  

¿Quién era por dentro, Katherine Johnson?

¿Qué intenciones, carácter y actitudes tenía? Algunos de sus aliados eran la persistencia y el positivismo, abrió la mente de un juez e incluso, el primer astronauta en orbitar la tierra, decidió hacerlo, gracias a la confianza que tenía en ella.

Nunca “tiró la toalla”, cada barrera que le colocaron al frente, ella la movió, las derribó con recursos propios  de creatividad, trabajo espectacular, superó las expectativas de sus jefes y compañeros, leal y comprometida, no se centró en los obstáculos, sino en las soluciones, lo hizo así cada día.

Contribuyó a poner al primer hombre en la luna, así se ganó un lugar donde no había espacio, ella lo abrió para ella y millones.

Sus pensamientos le movían las piernas, para ir a hablar con convicción, segura de lo que pedía, coherente y  justa,  en su trabajo resolvió mil cálculos, para aterrizajes perfectos y soluciones para situaciones fuera de control. Escribió y escribió reportes, para que se cumpliera lo que dijo el presidente: “Quiero un hombre en la luna”.

Aún el desprecio de muchos, no pudo bloquear su progreso, no la superó, ella abrió camino, quitando cegueras de líderes de la época.

¿Qué movía sus intenciones? lo muestra la siguiente frase: “El amor por lo que hacemos, es lo que nos impulsa a superar los obstáculos”

Pasó del sueño a la acción 

Habló, tocó puertas clausuradas para su raza. Su trayectoria fue así, caminar y ejecutar, sabía que el sistema estaba en contra, pero ella tenía voz, manos para hacer, no se quedaba quieta, esperando que le den, sino que se movió, mostrando quién era, tocaba corazones, para que quitaran los candados mal puestos, y se hizo camino, donde solo había zanjas. Bien hecho, pues ningún ser humano debería cerrar su corazón a otro ser humano.

¿Creo en mí?, ¿quiero dar el primer paso? Aunque el momento de iniciar o el camino sea oscuro, tengo la fruta al frente, aunque no la vea, solo tengo que estirar mi  mano y jalarla, ella no caerá sola, pero si lo creo, hago que suceda… Así es todo en la vida, depende de lo que creo.

Tener un norte es clave para tomar la decisión y avanzar, es desearlo con el corazón y tener la voluntad de llevarlo a cabo.

Es pasar del sueño a la acción, de otra manera, nada sucederá. Al final mis fracasos o triunfos, no tienen que ver con los otros, tienen que ver con lo que yo creo de mí mismo, a pesar de lo absurdo o incoherente que sean los actos de los demás.

Así pensaba Katherine: “Nuestros sueños son nuestra guía en nuestra vida, no dejes que nadie los desvanezca”

¿Cuál fue la influencia de su liderazgo auténtico? 

Su influencia fue fuera de cámaras.  En su época tener una ingeniería y trabajar en este gremio era prácticamente imposible; un profesor una vez le dijo: “vas a tener que resolverlo, así como yo lo hice”.

De hecho, otros se llevaron sus créditos, pero no se quedó en el desánimo, sino que habló con la persona correcta, como un juez de la corte que le hizo justicia, un jefe que la escuchó y reconoció su valor, un amigo que le dijo “sí puedes”, un tío que la motivó a trabajar en la NASA.

Estas personas tuvieron una influencia positiva en ella, pero porque ella levantó la mano e hizo lo extraordinario, con respeto, pero contundente… esta fue su influencia y así contribuyó, donde sabía que tenía talento y era buena, pareciera que sí se conocía a sí misma.

¿Qué me doblega a mí? ¿Qué me devuelve? ¿ Qué me hace tirar la toalla?, ¿Un mal gesto, quizás?, ¿una injusticia?, ¿un chisme?,  ¿la queja constante?, ¿el negativismo?, ¿el enojo?.

Son muchas las circunstancias, que podrían paralizarnos e incluso devolvernos, pero al final es una elección, que cada uno de nosotros requiere tomar, sin atropellar, ganar una a una las batallas, con la verdad, la sensatez, la prudencia, preguntar por qué, ésta es la actitud de un “Líder con Autenticidad”.

Todos somos líderes donde estamos, no tiene que ver con puestos jerárquicos, sino con ¿quién soy yo?, todos escribimos la historia de la humanidad, abrimos o cerramos caminos. Al final son mis actitudes, mis decisiones las que definen la huella que dejo en el mundo.

Así lo expresó ella: “La verdadera grandeza radica, en cómo tratemos a los demás”

Ella inspira y avergüenza, sin hablar. 

Volcó el corazón de muchos, haciendo las cosas bien, sacó toneladas de tierra que tapaban la verdad y abofeteó la estupidez humana, fue reconocida casi al final de su vida, la humanidad abrió los ojos y se dejó sorprender, así como nos sorprenden las estrellas que brillan y encantan nuestro interior.

Creo que a esto vino a éste mundo, a quitar las barreras que detenían las siguientes generaciones, niveló el camino, este legado fue el resultado de sus actitudes.

Esto nos confronta, ¿qué estoy haciendo yo?, ¿qué dejó a mi paso?, ¿qué no estoy haciendo?, ¿cómo me recordarán los que convivieron conmigo?, ¿sus actitudes me inspiran y me retan a moverme?, ¿cuál es mi influencia?, ¿será que estoy quedito, esperando qué otros hagan por mí?, ¿Soy yo el que tengo que moverme?

Ella fue como una gota que cae en el mismo lugar, hasta que  perfora, esto hizo ella en las mentes de muchos, fue luz en la oscuridad de aquella época y dio lecciones en silencio, actuando con respeto, en la actualidad.

Desestabilizó el sistema existente, y lo redirigió, para que tomara el rumbo correcto, hacia el desarrollo con libertad.

Es ejemplo de  un líder que mata la ceguera con su “Autenticidad”, abre el camino hacia la conciencia, que quebranta el egoísmo y los prejuicios humanos.

Ella dijo: “No permitas que las críticas derrumben tus sueños, utiliza esa energía, para impulsarte aún más”.

Ella pertenece a esa clase de líderes que tocan el botón que abre las mentes cegadas, no son  doblegados por el egocentrismo y el abuso de poder y esto los hace admirables porque son como robles, que muestran una fortaleza que los mantiene de pie. 

Así habló de su “Autenticidad”: “La humildad es el camino, hacia el crecimiento personal”.

MSc. Yolanda Oviedo

Directora de Desarrollo Organizacional de Método PENIEL

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