¿Quiere usted ser un líder con autenticidad que impacte equipos? Para serlo, requiere, además de ser valiente y esforzarse, tomar la decisión de hacer un proceso de reconocimiento de su programación mental. Esto le permitirá identificar cuál es el mapa con el que camina a ciegas. Sólo conociendo este mapa podrá descubrir el verdadero territorio.
Lo que hoy creemos en lo profundo de nuestro ser, tiene una raíz que está en nuestro inconsciente. Esto ha sido adquirido desde antes de nacer. Pero esto no es el territorio en realidad, es el mapa de creencias erróneas adquirido de nuestro origen.
Para pasar del mapa al territorio, vamos a imaginar que usted decide realizar rafting (el cual es una actividad deportiva y recreativa que consiste en navegar por un río de aguas bravas en una balsa). Esta decisión requiere cierto carácter y lo vamos a observar a continuación.
¿Cuáles características debe tener un liderazgo en autenticidad?
Valentía y determinación
1. Primeramente, para prepararse con chaleco, casco, remo y estar dispuesto a aprender a manejarlo.
2. Necesita querer superar los retos de cada rápido, sabiendo que son caudalosos por las inmensas rocas en algunos de los tramos que provocan corrientes de agua con mucha fuerza y velocidad. La posibilidad de caer de la balsa es alta.
3. Querer entrar a este territorio desconocido de kilómetros sin paradas, ni acceso a posibles salidas, que no sea continuar el cauce del río.
4. A pesar de lo que implica, usted toma la decisión de navegarlo porque quiere salir de su zona de confort, posiblemente cansado de mantener comportamientos limitantes que obstaculizan la influencia positiva que usted tiene en su entorno.
Sabe aceptar ayuda
1. Sabe que este río es muy difícil de navegar solo y que requiere ayuda de expertos.
2. Se une a guías que conocen el río y a otros que también quieren lo mismo que usted.
3. Necesita escuchar direcciones y aprender cómo navegar el río.
Disposición y constancia
1. Debe estar dispuesto a mojarse en un 100% al recibir el impacto de la fuerza del agua.
2. Continuar a pesar de las caídas de la balsa por el impacto de los rápidos.
3. Enfrentar cada reto que trae navegar en este río desconocido.
4. Necesita constancia para levantar su remo y meterlo con fuerza en el agua de cada rápido que debe superar.
Meditar los aprendizajes
1. Comienza a tener conciencia de sus capacidades y temores.
2. Agradece la ayuda de los guías y sus compañeros de travesía.
3. Eventualmente usted logra superar sus propios miedos y ayuda a otros. Los motiva y ellos a usted.
4. Se siente muy satisfecho porque se atrevió, fue valiente, se esforzó, aceptó ayuda y la dio, salió de su comodidad. Ahora conoce el territorio de su río. Ya no es una idea irreal, ya superó el mapa de lo usted tenía en mente que sería. Ya navegó el territorio real.
5. Sale del río victorioso y lleno de energía, feliz. Celebra el logro.
Mi mente es el río de aguas bravas
En realidad, no conocemos el porqué de nuestras actitudes. Incluso no sabemos por qué no sabemos lo que pasa. Por esto repetimos comportamientos que no queremos, que nos hacen fallar, lastimamos a alguien, nos detienen, no avanzamos como quisiéramos, tenemos conflictos, enredos, confusión, estrés, cansancio, sobrecarga, incluso enojo y resentimiento.
Estos comportamientos son los rápidos del río. Nos caemos de la balsa, no remamos en sincronía con el resto, no escuchamos las instrucciones del guía que ya pasó por ese tramo del río. Mi falta de concentración hace que otros caigan, incluso que la balsa se vuelque y quedemos todos debajo de ella. Pasan muchas cosas que no entendemos y a pesar de esto, necesitamos seguir remando, ser valientes, levantarnos y avanzar hasta el final de la travesía porque no tengo opción.
Desarrollo de la consciencia y la intuición ¿Cómo sucede?
A medida que avanzo, comprendo la importancia de clavar el remo con fuerza en el agua, porque esto evitará que caiga y sumará para bien del resto del equipo. Comienzo a salirme de mí mismo y a ver a los otros que viajan en la misma balsa. Decido escuchar y conectar con ellos.
Comienzo a coordinar con los otros la remada, fuerte y al mismo ritmo. Entiendo la importancia de reconocer la interdependencia entre todos, a ver el río diferente. Me doy cuenta que sí podemos remarlo si nos coordinamos, aunque los rápidos sean turbulentos y difíciles. Entiendo que la comunicación y la cohesión son claves para navegar.
Este reconocimiento de la posibilidad de cambiar mi manera de pensar me da pie a ir más allá a preguntarme, ¿de dónde viene esta programación errónea? ¿por qué está ahí? ¿cómo la adquirí?, ¿por qué me quedé estancado en esa manera errónea de pensar?
Logra terminar la travesía ¿Por qué?
Fui valiente y me esforcé y a pesar de lo difícil del río, decidí seguir remando. Reconozco también que el equipo que viaja conmigo es valioso, nos ayudamos, motivamos y obtenemos el logro, un logro al que cada uno contribuyó para tener el resultado final. Todo esto valió la pena.
Observo cómo mi influencia cambió cuando comencé a reconocer las necesidades de mis compañeros de balsa. Lo interesante es que se parecen mucho a las mías.
Encontrar mi autenticidad como líder
No conozco otra manera de lograr la autenticidad en el liderazgo. Sólo entrando en este río de mi mente. Decidir navegarlo, entenderlo, hundir mi remo con la fuerza de mi determinación para descubrir ¿quién soy? ¿de dónde vengo? ¿para dónde voy? ¿qué quiero? ¿en qué lugar tengo el valor de mi gente? ¿cómo impacto con mi influencia?
Definitivamente, conocerme a mí mismo es una decisión personal. Tiene que ver conmigo, no con los demás. Sólo yo puedo decidir cómo meter el remo de la manera correcta para avanzar en cualquier rápido del tramo.
Al conocerme internamente, cambia mi manera de pensar, por lo tanto, mi liderazgo también cambia. Trae un resultado más gratificante para mí y para mi gente. Esta conciencia me da también intuición. Veo más allá de lo que está al frente, me da la capacidad de ser menos superficial, escuchar con interés y ayudar. Esto me acerca a ellos y hay mayor posibilidad de conectar con sus necesidades. Logro la libertad, no necesito caretas, ni fingir. Soy más libre y genuino, más consciente de cómo es el territorio del río y cómo me impacta a mí y a los que navegan conmigo.
Escrito por:
Yolanda Oviedo
MSc. Psicología Organizacional
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