Para muchas mujeres el sueño de convertirse en madres es la meta de su vida, para otras es un punto más que chequear en la lista de cosas por lograr, para otras ni siquiera está en el mapa. Sin embargo, para una u otra, cuando la maternidad llega se desarrollan hechos inminentes que cambian el rumbo de su vida.
Y es que no solamente se dan cambios a nivel físico. La noticia del embarazo cambia “el chip mental” de la mujer: hay un nuevo ser desarrollándose en sus adentros que va a depender de ella por un tiempo considerable. Ese ser que se gesta, es un ser individual cuya misión no es convertirnos en madres o padres, sino que por medio de nosotros se descubrirá así mismo sus fortalezas y capacidades para realizar su propósito, lo que le da sentido a su vida.
El bebé experimentará un ritmo de desarrollo acelerado desde el momento propio de la concepción y a partir de ahí, cada segundo de su existencia dentro del útero se verá envuelto en una especial dinámica de desarrollo. Esta no solo incluye los cambios biológicos dictados por la combinación de la genética de mamá y papá, sino también por la epigenética de ambos y las vivencias de mamá en el día a día. La historia de este nuevo ser ya se comenzó a escribir.
¿Cómo afectan las experiencias de mamá en bebé?
Las vivencias de mamá, la manera particular en cómo vive y procesa las situaciones de su vida a nivel interno influirán directamente en su bebé. Vamos a tomar como ejemplo a María, acaba de darse cuenta que está embarazada. Todos los seres humanos tenemos un sistema de creencias de identidad. Estas son nuestra brújula interna sobre quiénes somos e influyen enormemente en la manera en que reaccionamos ante el mundo. Las vivencias externas activan este sistema de creencias. En María la creencia “no sirvo para nada” es parte importante de su autoconcepción. Para ella esta etapa de embarazo representa una condición de vulnerabilidad. Es así que ella evita delegar tareas, asume cosas que quizá alguien más querría realizar por ella por su condición, todo en pos de no autopercibirse “inútil”, ni ser percibida así por los demás. Por fuera vemos una mujer activa, valiente, enérgica, pero por dentro, está en constante vigilancia de hacer las cosas, y hacerlas bien, para no sentir “que no sirve para nada”. La complejidad de esta vivencia marcará la identidad de su bebé. Años después encontraremos a su hijo o hija asumiendo casi en automático posturas de servicio y acaparamiento de actividades que son un reflejo del comportamiento de su mamá durante el embarazo.
Esto es un ejemplo que nos da una idea de cómo la interacción madre-hijo es tan fuerte que se quiera o no, la influencia que se produce moldea las bases de lo que será este nuevo ser. Es así como cuidarse durante el embarazo debe ampliarse más allá del tema físico para cuidar los pensamientos y las condiciones del entorno emocional que rodea a la madre. El padre contribuye en gran medida a esto. Así como este bebé se gesta en el vientre de la mujer, se puede gestar en el pensamiento del hombre y así él puede proveer un entorno seguro, de comprensión, de ajuste, de manera que se disminuyan las situaciones de estrés, preocupación, enojo, etc., para la madre gestante.
¿Cómo lograr un embarazo más tranquilo y saludable?
Claro está que es importante que la madre gestante trabaje por procurar esa paz en su interior. Todos tenemos una historia que ha tenido episodios que nos han marcado negativamente de alguna u otra forma. Todos luchamos internamente con pensamientos y emociones que nadie más puede entender mas que quien los carga. Poder sanar la historia de vida en mamá, permite proveer un ambiente interno más pacífico para el desarrollo del bebé que, junto con los esfuerzos de cuidado externo, permitirán crear un ambiente que nutre de manera armoniosa la llegada del nuevo bebé a este mundo tan vertiginoso en el que vivimos.
Método PENIEL acompaña a las madres gestantes y sus familias en este maravilloso viaje de sanar su historia eliminando de la madre las raíces que causan la ruptura de esa armonía emocional consigo misma e incluso con el bebé. Permite eliminar en ambos el peso de ciertos comportamientos heredados y las principales creencias limitantes que, de otra manera, influirán en el desarrollo del autoconcepto del niño y le afectarán durante su vida. Sobre todo, este proceso llevado en una etapa en que se gesta vida dentro de la mujer, fortalece desde un amor genuino el vínculo entre mamá y el niño.
Sueño de algunas, accidente para otras, el embarazo permite traer una vida al mundo. Darse la oportunidad de influir positivamente para transformar la historia de vida de ese bebé, es posible, solo tiene que querer y creer y en Método PENIEL le ayudaremos con el cómo.
Instagram Live con Lussania Víquez
Explicación del programa Transformando Generaciones del Método PENIEL.